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CRISTINA DE KIRCHNER Y LA VALIJA

CRISTINA DE KIRCHNER Y LA VALIJA

   -No sabía, créanme, soy tan inocente como Richard Nixon…

 

   Nada bien comienza la señora K, como le dicen los argentinos a su nueva presidente para hacerse los interesantes. De aquel sonado caso del 8 de agosto de este año, sobre una maleta con ochocientos mil dólares que intentaron meter ilegalmente a la Argentina, y que todo el mundo, menos ella y su marido, suponían era para su campaña política, acaba de estallarle en Miami. El señor Antonini Wilson, colaboró con el FBI, reuniéndose con los ‘socios’ llevando micrófonos de pies a cabeza. Comentan que entró diciendo: probando, probando. Uno podría pensar: maldito sapo delator, José Canseco y tú se jodieron; pero a parecer los socios no habían ido para interesarse en su salud o su vida, sino para amenazarlo con que callara de dónde salieron esos reales y para quién eran, o lo pagaría y su familia también. Siendo así se entiende que el tipo, pasado el soponcio, llamara al FBI. En su lugar yo no sólo canto, sino que bailo y hasta hago trucos de magia.

 

   Nada más dar su primer informe las autoridades de Miami, la señora K salió a coclear como gallina que quiere poner un huevo pero no puede. Palabra más, palabras menos, pareciendo por un momento poseída por el espíritu del presidente venezolano, Hugo Chávez (quien lo aprendió de Fidel Castro), gritó que eran calumnias y una trampa de la CIA. Creo que no dijo CIA, pero lo dejó flotar como una ventosidad. Según, aunque tampoco lo dijo directamente (ah, qué buena político resultó), no fue un avión argentino donde viajaron los implicados en el valijagate, ni era el enlace argentino con PDVSA (quien renunció para luego ser llamado nuevamente por ella a formar gobierno) quien traía a los alegres viajeros (es increíble el desprecio que sienten estos sujetos por sus gobernados), ni era el señor Kirchner el presidente que no supo explicar qué pasó con el viajero, con la maleta (dicen era de cuero, pero se dicen tantas cosas), los dólares o la huida del sujeto. Nada. Ellos son unos recién nacidos libres de culpa y paja. Todo, el avión, los ahora ministro y el ex presidente, no eran ellos, eso no pasó; todo fue producto de una tortilla de huevos y jamón muy cargada que consumió la gente de la prensa. Todo fue un montaje, todos eran agente de la CIA que aprovechaban que ella y su marido dormían para echarles esa lavativa.

 

   Las suyas casi parecen una copia de las infelices declaraciones de William Lara, ministro de desinformación venezolano, quien se arrecha con lo que pasa en Miami, pero en todos estos meses no había hecho nada por saber, y que el venezolano común supiera, de dónde salieron todos esos reales (cuando el Gobierno persigue gente que gasta más de trescientos dólares), por qué estaban en ese avión y a quienes iban dirigidos. Nada investigó el inocente William, nada hizo y como siempre, por ineptos, ahora están atrapados por las declaraciones de los imperfectos e investigaciones en Estados Unidos, acompañado ahora por la señora K en eso. Siempre les pasa, no hacen su trabajo y luego gritan presas de la histeria, soltando gallos y plumas, que es una trampa, una tramoya, un invento de gente maluca. Y doña K parece haber tomado buenas notas de la manera de responder ante cada caso de corrupción que se presente ahora y muy seguramente en el futuro. Lo dicho, parece una mujer muy hábil en el ñemeo.

 

   Esa desvergüenza, falta de escrúpulos y hasta de amoralidad de la que hizo gala la señora K, no debería sorprender en gente que admira los regímenes de cortes militaristas y autoritarios donde los gobernantes hacen lo que les da la gana y se pasan las leyes por el… cuello sudado; pero cónchale, hay que tener un límite. Aunque sólo sea para salvar la cara. Esta señora no puede pretender pararse delante de un micrófonos, decir cuatro imbecilidades no muy bien urdidas, que nada explican, ¡porque NADA explican!, y sólo acusar de que quieren perjudicarla porque ella es bella y maravillosa y eso no lo soportan, siguiendo la vieja cartilla de la dictadura cubana a quienes se meten con ella. Ella no puede decir sólo vaguedades y pretender que todo se resuelve, mientras piensa: ya, con esto tendrán estos argentinos cretinos…

 

   Señora k, tampoco así, al menos intente inventar algo mejor…

 

Julio César.

 

NOTA: Esto lo escribí el año pasad en mi otro blog bajo el nombre de ACTUALIDAD. Ahora lo reedito como REVOLUCIONARIOS. Creo que ella lo merece, se comporta y da los mismos pasos que se dieron aquí para terminar como terminamos. Un aplauso a la señora K… Sí Venezuela está mal, ¿por qué otros no? Bravo, señora K…

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